domingo, 21 de diciembre de 2008

Cómo nació el vals a Gualeguaychú


Si bien no tiene nada que ver con la célebre película, lo que aquí se relata ocurrió en el “Verano del 42”. Mientras en otras partes del mundo los pueblos eran devastados por la guerra, acá en Gualeguaychú -bella y hermosa- nacía la canción que hoy constituye nuestro “himno lugareño”.


Por aquellos tiempos Gualeguaychú dejaba atrás la fisonomía de aldea y se iban concretando sus pretensiones de ciudad. En unos pocos años, tuvo sus calles céntricas pavimentadas, la red de obras sanitarias, nuevas plazas y paseos, el puerto remodelado, con acceso por las flamantes Avenidas del Valle y Costanera.

La habilitación del puente en 1931, dio vida al Parque Unzué y los clubes que nacieron junto al río. Desde 1936, la ciudad tuvo comunicación terrestre con Buenos Aires, gracias a la quijotada de Don David Della Chiesa, aunque todavía el puerto seguía concentrando la mayor parte del tráfico y movimiento de pasajeros.

La guerra mundial acaparaba las conversaciones, que giraban sobre los avances del ejército alemán o el desastre de Pearl Harbour. Se festejaban las actuaciones en el fútbol nacional, de nuestro Alberto Zozaya (a) Padilla, para compensar en parte las quejas por el fraude patriótico, la escasez de cubiertas, la sequía o los estragos de las últimas mangas de langosta.

Gualeguaychú era como una niña quinceañera, que se sabe linda y atractiva pero no le basta: necesita un galán que se lo diga y del modo mas lisonjero. Nada hacía imaginar que el ansiado galanteo, vendría pronto de la mismísima Buenos Aires, en forma de “ofrenda musical”.

Por entonces, el público había descubierto el Parque Unzué que se puso de moda y congregaba multitudes a toda hora para diversas actividades. De tarde, el Neptunia realizaba importantes festivales náuticos que generalmente culminaban con los vistosos saltos ornamentales de Julio Bibé y Alberto Buschiazzo. Los domingos el pueblo entero se congregaba allí para presenciar los duelos automovilísticos que protagonizaban Herman Fandrich, “CheloMurature, “Topa” Open, “Pito” Rossi, Florencio Sturla y Corcho” Pérez Chiama.

De los acontecimientos nocturnos, cabe recordar las veladas que organizaba el citado Club, trayendo prestigiosas orquestas de Buenos Aires y los más populares del Recreo Lusera, con sus célebres bailes “teneme el nene”.

Una de las jornadas más lucidas en el nuevo parque, había sido la inauguración, en 1939, de la cancha del Racing Club -hoy concedida a Central Entrerriano- con la presentación de la primera división de fútbol del Club Racing de Avellaneda, que acababa de adquirir al recordado Zozaya.

La pujante entidad había instalado en su predio canchas de tenis y basquet, una vistosa fuente y un frontón de paleta, que vino a convertirse en escenario de lo que hoy recordamos.

En ese frontón, dos conocidos artistas que venían de Buenos Aires, organizaban kermesses y otros espectáculos de fin de semana. Eran Nicolás A. Trimani y Pedro H. Noda. El primero era un guitarrista y poeta popular uruguayo. Fue autor de valses, tangos, y algunas canciones escolares. El segundo, un prestigioso guitarrista y cantor, que en la década anterior integró un célebre dúo con Agustín Magaldi. Habían llegado a Gualeguaychú por una vinculación comercial de Trimani con Carlos Lambruschini, cantinero del Racing Club.

Aquellas kermesses bailables, pronto alcanzaron gran éxito, tanto en lo social como en lo económico. El prestigioso dúo, subcontrataba en Buenos Aires números artísticos de jerarquía: cantantes, orquestas, cuerpos de bailes españoles y además organizaban concursos entre cantores locales. Con ese nutrido programa lograron llevar numerosas familias al parque en las noches sabatinas, lo que les dejaba muy buenos dividendos.

Aquellas rendidoras jornadas llenaban de satisfacción a los directivos de Racing, entre los cuales se recuerda a su Presidente, Don José M. Nuñez (dueño de Casa Nuñez en calle 25) y a Quico Vallejo, Lalo Iglesias, Juan J. Buschiazzo, Oscar Lapalma, Pedro Fernández Ohyamburu, Alfredo Barcia, Pedro Delcanto, Edmundo De Salazar, Leonardo Damasco y Raúl Bourilhón entre otros.

Muchos de ellos colaboraban activamente, como por ejemplo, Lalo Iglesias y Rafael Regazzi, quienes actuaban como controles en la cantina. No era ajeno a todo esto, el cuidador de las instalaciones y eximio deportista Mateo Martínez (a) "Serorena", mas conocido por su apodo Boca Criolla.

Tal fue el éxito de aquellas jornadas en el verano de l942, que un día, viajando a bordo del vapor Luna, el dúo Trimani-Noda decide plasmar su gratitud a la ciudad que con tanta generosidad los había recibido. El primero escribió la letra y el otro la música, del hermoso vals que desde entonces se constituyó en la canción-emblema de Gualeguaychú.

Se discute en qué momento y lugar terminaron de componerlo, pero lo cierto es que en una de las visitas domingueras a Quico Vallejo -de quien se habían hecho muy amigos- le obsequiaron a su señora, Carmen de Sande, una rosca de reyes de la confitería "Apolo" –de los Lambruschini- en cuya envoltura escribieron las estrofas del vals.

La letra de Trimani -escrita en primera persona del singular- confirmaba nuestra fama de ciudad de los poetas y se constituía en "Ofrenda musical de Buenos Aires..."

Pero aquellos artistas, más inspirados que prevenidos (hoy no ocurriría) no tuvieron la previsión de registrar su creación. Algunos años después la inscribió otra persona, lo que generó algunas discusiones. Legalmente entonces pertenece a quien la registró y como abogado, el autor de esta nota no puede dejar de reconocerlo. Pero como investigador de aquella realidad y con el aporte testimonial de la mayor parte de las personas aquí citadas, no tiene ninguna duda sobre quiénes son los verdaderos autores de ese regalo musical nuestro. Que es un modo de hacerles justicia.

Los gualeguaychuenses mantuvieron y el vals durante medio siglo como una tradición muy propia. Sin partitura, la música se transmitía a las nuevas generaciones y la letra estaba en la memoria colectiva. Américo Salazar cuya prestancia como cantor perdura en el recuerdo, ayudó a difundirlo en los primeros tiempos, cantándolo por todos los escenarios de Gualeguaychú y alrededores.

Pero recién en 1980 la canción local empezó a conocerse en el resto del país, cuando la grabaron los Hermanos Cuesta. Luego volvió al olvido, hasta que hace diez años Soledad Pastorutti le devolvió popularidad. Le había llegado en forma oral y por una casualidad: cerca de su casa en Arequito, vivía la familia Bulay oriunda de Gualeguaychú y así lo redescubrió.

Cuando en 1998 el autor de esta nota presentó en el Instituto Magnasco el libro “Vivir en Gualeguaychú”, se distribuyó en el ingreso la letra del vals, que fue entonado por el público con la emoción de un himno lugareño. Hoy día son muchos los artistas que llevan esa antorcha, aunque para mi gusto, nadie como Claudia Figueroa.





Con ansias de cantar llegué hasta aquí

Trayendo un madrigal en mi laúd,

Y desde que llegué, palpita en mí

Como una bendición, Gualeguaychú.

Sabía que esplendente como el sol

Se alzaba esta ciudad bella y hermosa,

Paraíso terrenal, tierra gloriosa

Que besa el Paraná y el Uruguay.

Cuna de oro de Olegario V. Andrade

Pueblo grande del genial Luis N. Palma,

Que cantara el inmortal Gervasio Méndez

Mil canciones que en el cielo están grabadas.

Estas flores del alma de mi lira

Van cayendo como pétalos de azahares,

Es la ofrenda musical que Buenos Aires

Dedicara para vos, Gualeguaychú.

Yo he sido designado embajador

Y debo cumplimiento a esta misión,

Hacer de tu poesía y de tu amor

Un culto a tu sagrada tradición.

Volcando admiración y gratitud

En una sucesión de luz divina,

Y en nombre de las musas argentinas

Te ofrezco el corazón, Gualeguaychú.

Letra : Nicolás Trimani
Música : Pedro Noda

16 comentarios:

  1. SR RIVAS : ME GUSTA LO QUE A HECHO CON ESTAS HISTORIAS SOBRE GUALEGUAYCHÚ, YO SOY HIJA DE ESTA CIUDAD QUE AMO Y DONDE ESTAN MIS RAICES DE GCHÚ ME GUSTA TODO LA GENTE, LOS RIOS, LA NATURALEZA Y SOBRE TODO SUS VERDES; POR CIRCUNSTANCIAS DE LA VIDA ME FUI VIVIR A BS AS TAMBIEN ME GUSTA PERO SON COSAS DIFIRENTES. ATTE CECILIA M.

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  2. Muy emotiva su nota. Buscando en Internet "Nicolás Trimani" encontré esta nota que me llenó de emoción: soy su sobrina nieta. Mi abuela Aurora, su hermana, oriunda de Entre Ríos siempre me hablaba de él. Yo no lo conocí, salvo por los relatos de mi abuela, que era concertista de violín. Gracias nuevamente... Gladys Lamparelli

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  3. linda canción. Gualeguaychú tiene más años que argentina

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  4. Señor Rivas,

    necesitamos contactarnos con usted por una investigación escolar sobre la jefatura departamental y su historia. Somos alumnos de GUaleguaychú y su ayuda es muy importante para nosotros.

    No nos han podido ayudar en la jefatura y creemos que used sabe más que nadie sobre nuestra ciudad. Desde ya muchas gracias.

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  5. Señor Rivas hemos enviado un mensaje de texto a su celular para contactarnos con usted por una investigación escolar. Por favor le pedimos una entrevista para informarnos sobre la jefatura departamental de nuestra ciudad

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  6. Estimado Gustavo, dos cosas:
    Alberto Zozaya dejó de jugar en 1940, año en que vino con Racing a la inauguración de la cancha del Parque Unzué.
    Abrazo.
    Roberto Morales

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  7. Recuerdos de una voz que nunca olvidare hwrmosa letra

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  8. Recuerdos de una voz que nunca olvidare hwrmosa letra

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  9. excelente texto, 0/10

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  10. enserio esta informacion es real xq mi abuela tiene cancer y lepra y nunca dijo que fue prostituta

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  11. el laud es un instrumento

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  12. Que decir si lo único que.me salen son lágrimas de amor hacia mi pueblo y mi gente aquella que deje hace más de 23 años y la lloro como si fuera el primer día. Gracias muchas gracias soy un hijo que ama a su madre tierra José Cacéres Aranda hijo de Doña Amalia Aranda de Cáceres y de Don Félix " el sureño" Cáceres Salud Sr. Rivas ❤️🇦🇷

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