Los
Cincuenta ¡La mejor Década!
Empecemos por describir el contexto en el que nació la
difusora, a mediados del siglo pasado. Gualeguaychú tenía por entonces menos de
40.000 habitantes. Su casco urbano poco se extendía por fuera de lo que hoy llamamos
el macro centro y algunos barrios como Pueblo Nuevo, el Oeste, Franco, el del Puerto , de la Estación del
FC, del Hipódromo.
Le rodeaban grandes espacios verdes – hoy densamente
poblados- situados dentro del ejido y dedicados por entonces a chacras,
quintas, granjas, viveros que abastecían la ciudad.
Apenas dos décadas tenía la ruta terrestre a Buenos Aires
y un poco menos, su acceso por Urquiza al Oste, que del Hospital hacia el Oeste,
era casi todo campo abierto. Por entonces mantenía importancia el puerto, como vía de transporte
de mercaderías y pasajeros. Para ir a Concepción del Uruguay había que cruzar el puente (actual Méndez Casariego) y
seguir por la ruta de ripio que hoy lleva el N° 42. No sólo no existía Pueblo
Belgrano, sino que en esa zona recién
comenzaba la colonización de El Potrero.
Y hacia Urdinarrain se iba por la vieja Ruta 12 de tierra, que arrancando del
Aero Club, corría junto a la vía del ferrocarril.
Fuera de las calles centrales, pocas tenían pavimento
(como del Valle, Costanera, Av. Luis N. Palma); las transversales eran casi
todas empedradas y con circulación doble mano.
Muchos se preguntarán si era aburrido aquel Gualeguaychú.
Nuestra respuesta es ¡no! Pero aclarando, en aras de la
honestidad, que la misma surge de nuestro fanatismo por la maravillosa década
del 50. Y cada vez que entre los viejos sale el tema, la defendemos porque lo
necesita, ya que, a diferencia de las que le siguieron, de ella quedan pocos
registros fotográficos, fonográficos o cinematográficos. Y en cuanto a los
testigos de ese tiempo, vamos quedando cada vez menos. En otras palabras: la
del 50 no tiene prensa.
Pero fue una década hermosa y nos dejó muchas novedades,
instituciones y recuerdos.
¿Si nos divertíamos? ¡Vaya
si no! fue por entonces que Gualeguaychú conoció los más multitudinarios
bailes de su historia, en Independiente, Defensores del Oeste y Central
Entrerriano, como para enterrar los más selectos y acartonados que
caracterizaron las décadas anteriores.
Y para abastecer esa demanda, había 22 grandes orquestas,
todas en plena actividad (no se bailaba con discos) que además, actuaban en
animados bailes de campo. A inicios de esa década -1950- nace como consecuencia
de ese creciente movimiento artístico, la Asociación Musical Gualeguaychú.
Teníamos dos salas de cine y numerosas proyecciones al
aire libre. El parque Unzué era escenario de memorables jornadas deportivas
durante el
día y luego las divertidas reuniones
bailables, en El Lusera. Los sábados
a la noche hacíamos el tradicional paseo por la 25 y los domingos íbamos a la
Plaza San Martín para presenciar “la retreta” en la rotonda, una especie de
serenata que brindaba a las familias la Banda del 3 de Caballería.
No teníamos hasta entonces televisión y casualmente en el
mismo año en que se inauguró la difusora -1953- Armando Mettler ponía en funcionamiento el primer televisor –Admiral- marca que no resultó tan
casual, por sus efectos en el asombrado público.
El 29 de Junio de 1957 llega a
Gualeguaychú el primer Obispo de la nueva
Diócesis, Mons. Jorge R. Chalup. El
beneplácito que ello produjo entre los gualeguaychuenses, sirvió en parte para
superar el bajón que nos provocaba la enorme deficiencia en la provisión de
corriente eléctrica y otros servicios. Por eso cantábamos aquella ocurrente
cuarteta:
No tenemos agua,
No tenemos luz..
¡Pero lo tenemos
a Monseñor Chalup!
Los estudiantes hacíamos el tradicional paseo de primavera
y al regreso entrábamos en camiones y carros adornados. Justamente al finalizar
esa década, nació como consecuencia de ese espíritu de creatividad juvenil, el
Desfile de Carrozas Estudiantiles.
Como prueba de nuestra resiliencia colectiva, la primera
carroza desfiló el mismo año en que la gran creciente azotó a Gualeguaychú , 1959. Es más: la
hizo un inundado: Eclio Giusto
Y tal era el clima de cambio -ya se insinuaba en la década
anterior a los Beatles- que también por aquellos años Gualeguaychú tuvo la
primera discoteca bailable de su historia: la Confitería París.
En el contexto de aquellos años dorados y como una necesidad
sobreviviente en la aldea que pasaba a ser ciudad, nace el medio de
comunicación cuya trayectoria ahora rescatamos.
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